Alrededor de 140 millones de niñas y mujeres de todo el mundo son mutiladas genitalmente. Cada año, más de 3 millones de niñas corren peligro de sufrirla, y se calcula que en España una 10.000 menores pueden estar en riesgo, según datos de la Organización Mundial de la Salud -OMS-.

La ablación se realiza en 28 países africanos, a pesar de estar penalizada en 20 de ellos, además de en algunos países del Medio Oriente y Asia, y en más de 12 países industrializados con población inmigrante.

En total, se calcula que en el mundo hay más de 100 millones de mujeres mutiladas. Por ello, y con motivo del Día Mundial de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina que se conmemora el 6 de febrero, organizaciones como Médicos del Mundo, World Vision y el Consejo de la Juventud de España, se unirán para sensibilizar sobre la importancia de erradicar esta práctica que sufren millones de mujeres por el mero hecho de serlo.

El pasado noviembre, la Asamble General de la Onu aprobó por primera vez una resolución que condena la ablación. Además, pidió a los estados miembros que la prohíban y castiguen. Por su parte, la OMS se ha comprometido a eliminarla en el plazo de una generación.

En el caso de España, la legislación ampara la lucha contra la ablación, y está tipificada como delito en el Código Penal. Además, desde el 2007, la ley española incluye en la categoría de 'personas refugiadas' a las mujeres que huyen de su país por motivos de género.

Pese a esta protección legal, Médicos del Mundo advierten de las consecuencias que la reforma sanitaria puede tener sobre la salud de las víctimas de ablación, "ya que ahora pueden encontrarse fuera del sistema sanitario público, sin ser tratadas de las consecuencias físicas y psicológicas de la ablación".

Alertan también del riesgo de que las familias que residen en España sometan a sus hijas a la mutilación durante viajes a sus países de origen. Por ello, las organizaciones que luchan para erradicar la ablación piden a las administraciones que realicen acciones de información y sensibilización, especialmente con los grupos de riesgo y con el personal sanitario.

En este sentido, Médicos del Mundo destaca el papel de los mediadores interculturales. Se trata de mujeres procedentes de países de África Subsahariana que son "clave para acceder a las familias y desmontar, poco a poco, los mitos que sustentan la ablación".

Su trabajo es fundamental para evitar que las familias mutilen a sus hijas durante sus viajes, ya que "suelen respetar más la opinión de una "igual" que la de una occidental", añaden los expertos.

Las mediadoras ofrecen a la familia suscribir un documento mediante el que se comprometen a proteger a sus hijas en los países de origen. Además, hacen ver a las madres las consecuencias que la mutilación ha tenido para su salud y así éstas comienzan a cuestionarse practicarla a sus hijas. Finalmente, un grupo de imanes implicados en el programa ayudan a desmontar la supuesta relación entre religión y ablación, que el Corán no contempla.

Este proyecto es pionero en España y ha obtenido el reconocimiento del Ministerio de Sanidad en los IV Premios a la Calidad en el ámbito del Sistema Nacional de Salud.

La mutilación genital femenina es un acto de violencia contra la mujer, no sólo por la agresión y el daño físico que conlleva, sino por tratarse de un acto de violencia que viola los derechos de la mujer otorgandole un rango inferior al hombre, al no tener decisión sobre su propio cuerpo y sexualidad.