Hace ya casi diez años que Daniel camina con una pierna ortopédica. La víspera de la nochebuena un conductor ebrio se cruzó en su camino e invadió el sentido contrario. Daniel explica que lo primero que pensó fue "que me quedaba en silla de ruedas, hasta que me sedaron". Y sedado pasó 20 días, cuando estaba semiconsciente, su familia le iba preparando para la mala noticia. Recuerda que le preguntó a su padre: ¿Papá, me falta algo? la sensación fue horrible. Tan horrible, que durante años, el rencor hacia quien le había causado tanto daño, le dominó.

Daniel explica que tras "seis o siete años, de pasé del odio a la indiferencia hasta sentir que se puede llegar a perdonar". Y ese emocionante tránsito hacia el perdón es la historia del documental 'Mil sonrisas y un perdón', presentado en el Festiva de Cine de Ourense. Porque Daniel tuvo que esperar diez años para encontrarse con la persona que le ocasionó tanto daño. Le localizó y le mandó una carta, de "diez hojas por las dos caras", asegura. Y dos meses después, por fin, se vieron las caras: "Tenía mucho miedo a lo que iba a pasar, pero los dos nos quitamos una gran carga de encima", explica.

La carga de una década de rencor para Daniel, una década de culpa para Aurelio, con quien chocó. Como suele pasar, fue la víctima quien buscó al agresor. Los dolores de espalda le acompañan todos los días, pero a Daniel ya no le frena nada. Daniel cuenta como programa su pierna ortopédica, igual que ha reprogramado su vida para dejar de sentirse una víctima y zambullirse sin complejos en su nueva vida. El trauma está superado: "Ahora corro rallys, soy copiloto", asevera.