En Cualedro los vecinos vivieron una auténtica pesadilla con las llamas practicamente en la puerta de sus casas. Para combatirlo hicieron falta 10 brigadas y 11 medios aéreos en un incendió que devastó más de 2.100 hectáreas y fue tan difícil de controlar que llegó a Portugal.

Asfixiados por el humo, los vecinos de Oia, O Rosal y Tomiño en Pontevedra, intentaban junto a los bomberos sofocar las llamas durante 6 días de intensa lucha en los que 1.850 hectáreas fueron quemadas y fue detenido un acusado de provocar el incendio.

También en Pontevedra, la Guardia Civil detenía a una mujer como presunta autora de 13 fuegos el pasado mes de junio. Con el verano a punto de acabar, Galicia ve, impotente un año más, cómo las llamas devoran su territorio.