Los propios trabajadores han quemado la pólvora que quedaba en la fábrica de forma controlada, supervisados por los Tedax y los bomberos.
El resto de material ya terminado se lo llevarán camiones a la otra sede de la empresa en Francia. La inmensa columna de humo que se ha formado ha traído los peores recuerdos.
La explosión fue tan fuerte que dejó un enorme cráter. En Pinseque su vecinos sintieron cómo todo temblaba bajo su pies. Y mientras, en Casetas, intenta reponerse a la tragedia: cuatro de los seis trabajadores muertos en la explosion eran de esta localidad.