Albertina y Rocío, las presuntas asesinas de Secundino, un anciano de 84 años, están acusadas de matarlo a bastonazos para repartirse su herencia. La primera ha negado su implicación, mientras que la segunda se ha declarado culpable.
El hermano de la víctima no ha podido contener las lágrimas al recordar lo ocurrido momentos antes de verlas sentadas en el banquillo. "Mi hermano no era digno de eso que le hicieron, era una excelente persona, un hombre trabajador", señala el hermano.
Los hechos se remontan a febrero de 2014, por aquel entonces, Albertina era la cuidadora de Secundino y los dos vivían juntos en una casa de Poio, en Pontevedra. Él tenía dos hijos y un poderoso patrimonio pero unos días antes de morir, cambió su testamento y convirtió a su empleada en su única heredera. Él mismo acudió personalmente al notario para hacer el cambio de escrituras.
La noche del crimen Secundino salió a la discoteca 'La Luna' con unos amigos y cuando regresó a casa, supuestamente, Albertina y Rocío lo mataron a golpes con su propio bastón.
Cuidadosamente recrearon el escenario para que la Policía pensara que había sido víctima de un robo, pero los investigadores no tardaron en darse cuenta de que podría tratarse de un asesinato premeditado. Las dos acusadas se enfrentan a 20 años de prisión.