En algunos de estos siniestros, al menos cinco de ellos, los conductores superaban la tasa de alcohol permitida o dieron positivo en los test de drogas o alcoholemia.

En el ocurrido esta mañana, la conductora del coche, de 29 años, dio positivo en la prueba de alcoholemia con más de 0,60 gramos de alcohol por litro de sangre, por lo que fue detenida por la Guardia Civil como presunta autora de dos homicidios por imprudencia.

En el primer accidente del año que costó la vida a un ciclista, el alcohol también estuvo presente. Ocurrió el pasado 13 de enero en Valencia cuando el conductor de un turismo se saltó un semáforo en rojo. El conductor cuadruplicaba la tasa de alcohol en sangre y viajaba junto a un menor de edad.

Un mes y medio después, el 28 de febrero, otro conductor, de 27 años, que duplicaba la tasa de alcohol permitida, atropelló mortalmente a un ciclista en una calle de Sevilla. Fue arrestado, como también lo fue el pasado 21 de abril, otro conductor que dio positivo al consumo de cocaína en Mont-roig del Camp (Tarragona) tras atropellar a dos ciclistas cuando circulaban por la carretera N-340. Uno de ellos murió.

El 26 de mayo otro ciclista de 71 años murió al ser arrollado por un turismo cuyo conductor presentaba, al parecer, síntomas de embriaguez, en la carretera de San Javier (Murcia).