Los 4.000 tractores permanecen parados en el centro de la ciudad y están cambiando por completo el panorama de Santiago de Compostela, tanto que muchas terrazas tienen unas vistas completamente diferentes a la habitual.

Los hosteleros, molestos en parte porque les quitan clientela, por otro lado se benefician de alimentar a miles de ganaderos. A otros negocios, el de alquiler de coches, la tractorada les impide trabajar.

Pero y a pesar de los atascos, la mayoría de los compostelanos apoyan sin protestar a los que sí tienen motivos de protesta. Y los ganaderos se lo agradecen repartiéndoles 1000 litros de leche.