Zapatillas, botas, babuchas o sandalias han dejado huella esta mañana en la Plaza de la República de París. Es la manera de manifestarse sin saltarse la prohibición del gobierno. Los zapatos simbolizan la presencia de los manifestantes.
Custodiados por los ángeles guardianes del clima, solo han podido estar hasta las doce por motivos de seguridad. Los parisinos siguen teniendo presentes los atentados pero no quieren sucumbir al miedo.
Los zapatos servirán a partir de hoy a gente necesitada, irán a una asociación que los donará a personas que no pueden comprarse calzado.
Es la petición en vísperas de la cumbre del clima en pleno bulevar Voltaire, epicentro de la tragedia el 13N. Con esta cadena humana quieren luchar y demostrar su compromiso contra el cambio climático.
Hoy, con las manos unidas, han querido pedir a los mandatarios un compromiso firme para salvar la tierra.