A remojo y a la espera de la munición están los más de 400 niños de entre cuatro  y 14 años que han participado, por tercer año consecutivo, en la tomatina infantil.

La Policía abre paso a los 6.000 kilos de tomates que han llegado a la plaza de Buñol. Una vez allí, comenzaba la batalla.

Durante una hora los tomates han volado entre los más pequeños. Con gafas de bucear y ropa cómoda han quedado totalmente cubiertos de rojo. Aunque las reglas del juego estaban claras, no todos las tienen en cuenta. Las anécdotas no han faltado en esta fiesta.

Es una experiencia única para ellos. Diversión, risas y estrategias para sobrevivir a los protagonistas: los miles de tomates que bañan las calles de Buñol. Y mientras ellos se divierten, los mayores esperan la gran batalla. La tomatina cumple 70 años y se celebrará el próximo miércoles con el mayor número de tomates de todas las ediciones.