Los herederos de Allan y Margaret Dunn, un matrimonio residente en Florida, deberán reponer ante la justicia de Estados Unidos el dinero estafado por su padre. El hombre mantuvo el cadáver de su mujer escondido durante ocho años en el congelador para seguir cobrando su pensión.

Margaret falleció en su casa en el año 2002, y su marido se lo ocultó a las autoridades hasta su muerte ocho años después, en 2010, según publicó la NBC. Durante ese tiempo, Allan llegó a cobrar cerca de 90.000 euros de la Seguridad Social.

Cuando se conoció la estafa, los herederos fueron condenados a reponer el dinero sustraído, y se ha conocido que renunciaron a sus bienes y vendieron un apartamento de la herencia para pagar parte de la multa.