Para evitar derrochar energía, los expertos alertan de que más de 22 grados en casa es una temperatura excesiva en invierno y menos de 25 es demasiado frío en verano.

Mayor eficiencia supone mayor ahorro. Subir un solo grado la calefacción de nuestra vivienda significa pagar un 7% más en el recibo.

En 2017, todas las casas con calefacción central estarán obligadas a instalar contadores individuales. Pagar únicamente por lo que se consume. Una medida que puede suponer un ahorro de 200 euros anuales por familia.