"Es patético. Es indignante una justificación del capitalismo duro y crudo". Indignación y rabia es lo que produce en los enfermos de Hepatitis C escuchar las declaraciones de la exdirectiva de Gilead.

"Las compañías lo que hacen es redistribuir la riqueza, a partir de qué precio es lícito dejarnos morir", decía la exdirectiva. Aseguran que no es cierto que la farmaceutica que comercializa el Sovaldi haya asumido ningún tipo de riesgo. "Son los únicos que asumen el riesgo, las compañías farmacéuticas y detrás todos los pequeñitos inversores", decía.

Quique Costas, de la plataforma gallega de afectados por la Hepatitis C, considera que este no ha sido el caso. "Gilead ha comprado una patente, ha comprado un laboratorio sin haber arriesgado un duro".

Consideran que se trata de declaraciones completamente frívolas. "¿Cuánto cuesta tratar a un paciente en Egipto? Estarán tratando con agua bendita o algo así", decía ella, y los pacientes responden: "A partir de qué precio es legítimo tratarnos con agua bendita como propne esta señora".

Y en ningún caso dicen se puede justificar que el Sovaldi se pague a un precio u a otro según la renta per cápita del país. La impotencia crece cuando vuelven a escuchar esto: "Muchos pacientes decían hasta que no esté muy malito no me trato". Desde la asociación 'El defensor del paciente' creen que debería pedir perdon por estas palabras.