Katelyn Payne es una niña de 13 años que sufre alopecia desde los dos años, lo que le provocó que perdiera toda su cabellera. Según el tabloide británico The Sun, sus padres empezaron a descubrir lo fino que era su cabello y, al llevarla al médico, él le diagnosticó alopecia.

De hecho, el médico les recomendó una crema que evitó que se le siguiera cayendo el pelo, hasta los nueve años, que perdió completamente el pelo de la cabeza, lo que le provocó un tremendo 'shock'. A partir de ahí comenzó una nueva vida para Katelyn. Una vida muy dura que ella misma narra, pero que se le hizo más llevadora porque todas sus amigas la arroparon.

Katelyn con su perro se cubre la cabeza con un pañuelo

"Fue duro aceptar que mi pelo no iba a volver, pero tenía que avanzar", afirma. También se le cayeron los pelos de las cejas y las pestañas. No obstante, pese a eso, siguió luchando y queriéndose tal y como es. "No sentía que tuviera que esconderme. Este era mi nuevo yo, y si yo tenía que acostumbrarme, los demás también", explica.

Ahora Katelyn es feliz y sigue disfrutando de la vida junto a sus amigos y su familia. Tiene pelucas de diferentes colores, pero su idea es la misma: "Nadie puede predecir si mi pelo volverá, pero sigo siendo yo, con o sin pelo".

Katelyn con una de sus pelicas