Lahouari Saidani, un camarero argelino fue el que encontró en la bolsa un montón de cheques y dinero en efectivo que en total ascendían a 77.000 euros, además de ropa recién comprada y documentos personales. Al parecer, las pertenencias eran propiedad de una mujer de nacionalidad rumana que las dejó en ese lugar porque dice "había cola en el banco".
"Soy musulmán y mi religión no me permite quedarme con lo que no es mío", ha justificado este argelino nacido en Orán y residente en Mallorca para no quedarse con una pequeña recompensa que esta le ofreció. "El Islam prohíbe robar. Y recibí una educación muy estricta de mis padres. Desde muy pequeño me enseñaron que nunca podía quedarme lo que no era mío. No, en ningún momento se me pasó por la cabeza", ha declarado a 'El Diario de Mallorca'.
El hombre ha relatado que salió de trabajar a las seis de la tarde y, al llegar a su portal, se dirigió directamente a mirar el buzón porque esperaba un documento importante. Fue en ese momento cuando se encontró una bolsa grande de papel y, al mirar lo que había dentro, se dio cuenta de que contenía una gran cantidad de dinero en metálico, 83 cheques de diez bancos diferentes y objetos personales como un bolso, dos carteras, un neceser, tres prendas de ropa con la etiqueta y productos cosméticos.
La Policía Nacional identificó a la propietaria porque en una de las carteras se encontraba su pasaporte y la citaron en comisaría donde tuvo que dar explicaciones sobre la procedencia del dinero en efectivo. Según dice la mujer, trabaja en una inmobiliaria e iba a ingresarlo en el banco pero al ver que había mucha cola, lo dejó en el portal donde asegura que vive.