Los vecinos de los pueblos que dependen del Centro de Salud de Roa, en Burgos, han tenido que tirar de humor para denunciar una situación de lo más triste. Podría parecer una comedia de cine mudo, o algo que ocurrió en un pasado lejano. Llegar a la consulta y que los pacientes se hayan casi 'momificado' esperando a un médico que nunca llega es ficción, pero también su realidad.

O que la niña no pueda jugar en la calle con el miedo a que pase algo y no ser atendida, porque, directamente, no tienen pediatra. Es la situación que viven a diario. Tienen ocho médicos para 23 pueblos. Eso supone que, algunas semanas, solo pueden pasar consulta un solo día, si es que pueden. En algunos casos, la Junta de Castilla y León les ofrece desplazar a la gente mayor en autobuses hasta los centros más cercanos.

Según Jerónimo Cantuche, de la plataforma Defensa de la Sanidad Pública en Zamora, se trata de un derecho que se debe respetar, sea quien sea la persona, y viva donde viva: "Los pacientes tienen el mismo derecho a recibirla en una localidad de 200 que de 50. Y allí tienen que ir los recursos sanitarios. Y esto es un derecho, y el derecho hay que satisfacerlo allí donde vivan las personas".

En Benavente, en Zamora, también sufren las consecuencias. No tienen urólogo desde hace ocho meses y se ha suspendido la consulta del traumatólogo. Tampoco tienen pediatra 24 horas, y dar a luz en su hospital es prácticamente imposible. Algo que para Luciano Huerga, alcalde de Benavente, afecta enormemente a sus ciudadanos: "Si eres mayor, no puedes vivir. Si eres niño, no tienes pediatra durante 24 horas. ¿Quién va a querer vivir en este tipo de territorios?".

Al sur de Salamanca, en localidades como El Payo o Puebla de Yeltes, ya saben que se quedarán sin consultas fijas. Por eso, han salido a la calle para intentar frenar esa situación y para denunciar la deficiencia sanitaria y el abandono que sufren por el simple hecho de vivir en pueblos pequeños.