Los homenajes se suceden en Galicia en el primer aniversario de la tragedia ferroviaria de Angrois, marcada por el reconocimiento a todos los que colaboraron en el auxilio organizado, a los que se les ha dado las gracias, y por el perdón que ha pedido el maquinista del Alvia a las víctimas.
El cartel de conmemoraciones ha quedado compuesto por una ofrenda floral en la "zona cero", una misa en la Catedral, la entrega de la Medalla de Oro de Galicia a los que prestaron su ayuda cuando se desató la catástrofe y la plantación de árboles con los nombres de las víctimas.
La Xunta ha recordado con la Medalla de Oro de Galicia a las víctimas -79 de ellas mortales-, voluntarios y profesionales que colaboraron en el auxilio tras el accidente de Angrois, y tanto el presidente, Alberto Núñez Feijóo, como dos afectados, se han dirigido al pueblo gallego para decir: "Gracias".
En una gala celebrada en la Ciudad de la Cultura, el jefe del Ejecutivo gallego ha defendido la necesidad de rendir un homenaje a los que hoy no están pero hace un año sí, y a todos los que trabajaron para que fuese "menor" el atroz número de fallecidos. Solo ha encontrado para hacerlo "una palabra sencilla que resume muchas otras" y esta es "gracias, muchas, muchas gracias", ha repetido visiblemente emocionado.
Y en este mensaje ha coincidido con el guardia civil Óscar Luis Mateos, que formaba parte del pasaje del Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira y que en esta fecha tan señalada ha querido compartir sus sentimientos. "Los que tuvimos la fortuna de volver a nacer solo podemos decir gracias gallegos, gracias por secar nuestras lágrimas", todo ello relatado en lengua gallega, pese a ser oriundo de Cáceres.
Núñez Feijóo ha resaltado en este acto que "el léxico se agota, el diccionario no es suficiente y ni todos los idiomas del mundo serían suficientes para explicar lo que siente nuestro pueblo. No podemos salvar a los que nos dejaron, pero sí les debemos esa forma de inmortalidad que es la memoria. Nadie muere por completo mientras haya sitio en ella".
Este es el caso de Asunción Ferreiro, que el 24J perdió a su hija Laura Naveiras, y que hoy ha pedido a Adif y a Renfe que "piensen en una madre que cada día se levanta sin su pequeña". Esta mujer sumida en el dolor incide en que no ha aprendido a vivir sin su hija.
"Me levanto pensando en su sonrisa y siempre me estoy preguntando por qué ocurrió eso", ha contado en el barrio compostelano de Angrois, donde ha estado esta mañana contemplando el trazado de las vías. En el Alvia viajaban de vuelta a casa Laura y su novio David Martín, ambos estudiantes de Medicina en Lleida, y la última noticia que tuvo de la pareja fue que estaban en Ourense y llegarían pronto.
"Pero no llegaron", lamenta Asunción, quien recuerda que por esas paradojas de la vida, a su hija le gustaba mucho el tren, "decía que siempre llegaba, pero en este caso no llegó". Un año después, Asunción exige justicia y que se depuren responsabilidades, que cada uno asuma su culpa.
El Pazo de Faramello, en Rois (A Coruña), ha honrado a todos las víctimas con tantos "árboles del amor" como personas perdieron la vida, plantados en un jardín que trascenderá al paso del tiempo y cuya primera plantación es la que lleva justamente el nombre de Laura.
En la ceremonia religiosa, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha pedido por la recuperación de los heridos del accidente y ha dado "consuelo" a los familiares, a los que hoy ha recomendado que miren "al futuro". "La vida se comprende mirando hacia atrás pero hay que vivirla mirando hacia delante", ha observado monseñor Barrio en una emotiva misa funeral pronunciada en castellano y gallego, y ha recordado que el estremecimiento causado por el inmenso dolor puso de relieve la compasión y el heroísmo de muchas personas cuya cercanía y trabajo fueron "signos de luz en el misterio del dolor y la muerte".
Supervivientes del siniestro que costó la vida a Laura, agrupados en la plataforma Alvia 04155, han expresado en una protesta en la Plaza del Obradoiro su perdón al maquinista de ese tren al entender que se ha intentado culpar a un hombre que tuvo un "error humano" en un tramo que no contaba con la seguridad idónea.
El conductor, Francisco José Garzón Amo, ha enviado un pequeño aunque elocuente escrito de cinco párrafos al grupo periodístico La Voz de Galicia en el que expone la pena y el dolor que él siente por los damnificados y confiesa que solamente les sale transmitirles a todos ellos una única palabra, y esta es "perdón"