"Le ataron de pies y manos y cuando le metieron en el coche ya estaba casi sin vida", es lo que asegura un testigo, presente en la reducción ejecutada por varios Mossos d’Esquadra.
Pero la policía catalana se mantiene firme en que la actuación de los Mossos fue proporcional a la violencia con que Juan Andrés Benítez arremetió contra los agentes cuando se le pidió la documentación después de mantener una pelea con otro vecino.
David Miquel, desde el sindicato de los Mossos, reitera que se trata de “una reducción contundente, ningún tipo de paliza gratuita”.
Del informe de los hechos que la juez encargó al Cuerpo Nacional de Policía se desprende que en las imágenes de aquella noche del 6 octubre se aprecia el uso de porras extensibles, una defensa que algunos testigos aseguran que fue utilizada por los agentes para golpear a Juan Andrés.
"Cuando ya no se quejaba seguía recibiendo golpes", asegura uno de los testigos, en oposición a lo que defienden desde el sindicaro de Mossos SPC, "se desplegó una extensible para apartar a los curiosos".
Además de analizar el uso de esta herramienta policial reglamentaria, el informe deberá completarse con más pruebas para que la juez pueda aclarar la polémica actuación de la policía autonómica de Catalunya.