El Tribunal Supremo ha rechazado rehabilitar a un funcionario de Instituciones Penitenciarias que fue expulsado de su puesto de trabajo al cortarle la coleta un preso que padecía esquizofrenia, porque "era un peinado de maricones".

La sentencia del Supremo subraya que el funcionario no respetó la dignidad del preso, que se encontraba a su cargo. Por lo tanto, no considera que deba beneficiarse de la rehabilitación de su puesto de trabajo, pues atentó contra la integridad moral del recluso.

El carcelero pertenecía al Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, y antes de la decisión del Supremo, el Juzgado de lo Penal número nueve de Sevilla le había condenado a seis meses de cárcel y la inhabilitación para el cargo público durante los dos años siguientes.

Los hechos se produjeron en 2003, cuando el funcionario le cortó la coleta a un interno enfermo de esquizofrenia paranoide del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla.

Después de ello, el exempleado de prisiones se dirigió al resto de internos que había en la sala y les dijo que nadie había visto nada, amenazándoles con "rajarles el cuello" si alguno contaba lo sucedido.

Después de cumplir su condena, el funcionario pidió que se le devolviese su puesto de trabajo. Se le concedió, pero en abril de 2015 el Consejo de Ministros denegó su rehabilitación. Por lo que volvió a recurrir al Tribunal Supremo, que ha decido rechazar su petición.