Cataluña no tiene un problema en su Parlament, lo tiene también y grave en su tesorería. Oriol Junqueras, diputado de Junts pel Sí, ha dicho en Catalunya Radio que "es sabido que la situación financiera de la Generalitat es absolutamente desesperada. Y no lo es porque la economía no vaya bien, que no va. Es porque el presupuesto de la Generalitat lo decide el ministro Montoro".
Montoro dice que todo iría mejor si la Generlitat no ocultara facturas por 1.300 millones de euros que hacen crecer su déficit. En palabras del titular de Hacienda, "ha habido una ocultación de información sobre lo que es la aplicación de determinados contratos públicos".
Lo cierto es que la economía catalana acumula malas noticias y muchas de ellas parecen tener que ver con la situación política. Por ejemplo, la calificación de su deuda como bono basura: la agencia Fitch lo relaciona directamente con la tramitación de la resolución de independencia.
Rafael Pampillón, profesor de Economía de IE Business School, destaca que "la gente prefiere llevar sus ahorros a otros sitios por si la Generalitat no lo devuelve".
Fuera de Cataluña empiezan a poner sus ojos algunas empresas como la multinacional Suez, dueña de Aguas de Barcelona, siempre ha tenido su domicilio fiscal en la ciudad Condal y ahora acaba de trasladarse a Madrid. Juan Pablo Lázaro, vicepresidente de la CEOE afirma que "hay muchísima preocupación, algunas empresas se plantean irse".
La Generalitat pidió a principios de noviembre 2.300 millones de euros al Gobierno para poder hacer frente a sus deudas, que en el caso de las farmacias asciende ya a 330 millones.
LAS ARCAS DE LA GENERALITAT, 'TOCADAS'