Tanto y a tanta velocidad creció la factura de llevar el AVE a Barcelona, que presuntamente se pudieron distraer 6 millones sin que hasta ahora saltaran las alarmas. Hoy la ministra dice que los sobrecostes son un vicio de otros. "Con la legislatura del gobierno de Zapatero la factura ascendió a más de 4.000 millones, y en este momento le estamos hablando de 0", explica Ana Pastor.
Tres infraestructuras demuestran que el PP tampoco es infalible. El proyecto estrella del alcalde Gallardón estaba cifrado en 1.700 millones de euros, pero el soterramiento de la M30 terminó sepultando unos 4.000. La T4 de Barajas debía despegar con 1.000 millones pero al final necesitó 4.500 para no estrellarse. El túnel que debe llevar el AVE a Asturias ya va por los 3.200 millones de coste, y eso que a día de hoy está inacabado y en vía muerta.
Una historia que muchos años antes había iniciado Álvarez Cascos y que termina siendo la historia de siempre: "Hacer un presupuesto bajo para entrar y ganar el concurso, y luego ya ven que los costes son más elevados", cuenta Aitor Gómez, de Ingeniería sin fronteras.
Una metodología que tiene una solución fácil en España. "No tienen mucho problema en hacer ofertas agresivas con costes muy por debajo de los costes reales porque saben que habrá una renegociación sin niguna barrera", afirma el experto en infraestructuras Xavier Fageda.
La oposición dice que el problema está en el modelo de licitación. "Tenemos buenas empresas, buenos ingenieros pero un procedimiento de licitación absolutamente vicisioso". Con todo, el sobrecoste español asociado a las infraestructuras es más bajo que el de nuestros vecinos europeos.