El sonido es insoportable. Puede llegar a 160 decibelios y ya se ha utilizado, por ejemplo, durante el G-20 en Pittsburgh.
Los Mossos d’ Esquadra estudian comprar estos cañones de sonido. Son portátiles, los usan otras policías y según los expertos también en países en guerra. “Está diseñado en principio para conflictos bélicos. Para evitar los asaltos a las embajadas”, explica José Jiménez, experto en balística forense.
Sonido unidireccional que para sus creadores se soluciona con las manos en los oídos. “Como cualquier cosa que está muy alta, una sirena de bomberos, de policía, hay que ponerse en las manos en las orejas”, explica Robert Putnam, portavoz de LRAD.
“Imagínese unos altavoces gigantescos puestos dentro de unos cascos y le aumentamos el volumen. Lo que hace es que la resonancia hacia el tímpano puede romperlo. Para mí va en contra de los Derechos Humanos”, asevera José Jiménez, experto en balística forense.
Los Mossos también estudian comprar fusiles de viscolásticos. Al disparar son más precisos que los de pelotas de goma. Las nuevas pelotas son mucho más blandas.
También al dispararlas son diferentes. Las actuales se deben lanzar al suelo y en su rebote son incontrolables. Las viscolásticas en cambio se deben lanzar, siempre de cintura para abajo pero directamente, lo que aseguran, evita daños a terceros. Aún así pueden dañar.
La Generalitat está probando ahora ambos sistemas pero aún no ha decidido la compra de ninguno.