Los dos, piloto y copiloto, Agustín e Isabel, tenían su hogar en Mallorca, a 3.100 kilómetros del lugar del accidente. Agustín Comerón era piloto veterano. Nació en Badajoz, pero desde hace diez años vivía en esta casa de Marratxí con su mujer Mayte y sus dos hijos.
El alcalde asegura que hasta el último momento "la familia ha mantenido la esperanza". De Agustín fueron las últimas palabras que salieron de la nave: una petición de cambio de ruta por tormenta 50 minutos después de despegar. Sus conocidos describen al comandante de 48 años como una persona muy luchadora.
Un superviviente del ERE y posterior cierre de la aerolínea Spanair, la misma compañía en la que coincidió con la copiloto, Isabel Gost, también con miles de horas de vuelo a su espalda. En la última revista que publicó Spanair antes de cerrar leemos una entrevista en la que Isabel contaba que sus padres y hermanos hicieron enormes esfuerzos económicos para pagarle los estudios de piloto.
Un trabajo del que disfrutaba y ejercía con enorme responsabilidad. Así lo contaba en la revista: "Estás volando pero debes tener los pies en el suelo, los cinco sentidos atentos y sangre fría, porque tienes que tomar la decisión correcta en segundos y tener claras las prioridades”.
Tras el cierre de Spanair, Isabel abrió un centro de educación infantil en Sa Pobla, a 70 metros de su casa, donde todos la recuerdan con enorme cariño. El Govern Balear ya ha expresado su tristeza, solidaridad y voluntad de ayuda a las dos familias.