Según Gallardón, para tomar la decisión del indulto se “han sopesado todos los elementos, incluido el sufrimiento de las víctimas”. Sin embargo, parece que han pesado más los condicionantes que el Ejecutivo ha reconocido al Kamikaze que a la víctima mortal del suceso.

El Ministro de Justicia ha asegurado que ha tomado la decisión porque el “conductor conducía sin estar bajo los efectos del alcohol y se certificó que sufría epilepsia”. Sin embargo, lo más importante para Gallardón es que el conductor suicida “se ha arrepentido y no hay riesgo de reincidencia".

Gallardón ha sido acusado desde la bancada del PSOE de  convertirse en “juez de jueces”, de adoptar las posiciones de la defensa obviando las resoluciones de los tribunales y las peticiones de las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico, así como de dudosa honorabilidad ya que el despacho de abogados que ha tramitado el indulto está ligado a familiares del ministro y al propio PP.

"El despacho donde trabajan los abogados le puedo asegurar que no figura en los expedientes de indulto, ni este ministro lo conocía, ni en éste, ni en ningún caso. Si conociera cómo funciona un despacho de 530 abogados y cómo lo hace el ministerio, no tendría ninguna duda", ha respondido un altivo Gallardón a las acusaciones.

Además, el ministro ha señalado que, “como en todos los indultos”,  el Gobierno tuvo sus dudas. Dudas que, según Gallardón quedaron resueltas, al ver que en el 2011, con el Gobierno del PSOE, se había concedido otro indulto por delitos de tráfico. Lo que no ha dicho el ministro es que, en ese caso, el conductor había cumplido ocho años de condena mientras que el indultado por Gallardón tan solo ha pasado 10 meses en prisión. Una vez más, el Ejecutivo tira de ese tan recurrido y 'tú más'.