Montserrat González, de 60 años, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco, y su hija, Triana Martínez de 36 años, llegaron a los juzgados completamente cubiertas sólo unos minutos después de que lo hiciera Raquel Gago, con rostro serio y sin hacer declaraciones.

La Fiscalía sostiene que las tres acusadas tuvieron el mismo grado de responsabilidad y ha recalcado que actuaron "con una frialdad y una precisión impresionantes".

Así lo ha subrayado el fiscal del juicio por la muerte de Isabel Carrasco, Emilio Fernández, quien ha insistido en que "matar no es fácil" y se trata, "sin ningún género de dudas", de un asesinato ya que la víctima "no tuvo ninguna posibilidad de defenderse"

Ha recalcado que al tratarse de una víctima con relevancia política y cometerse el asesinato a plena luz del día, el crimen no se podría haber perpetrado "sin la colaboración necesaria de todas para que tuviera garantías de éxito".

"¿Quien iba a pensar que la mujer y la hija del comisario de Astorga (León) en coordinación con una policía local eran las autoras?", se ha preguntado el fiscal después de asegurar que si no hubiera sido por el policía jubilado que presenció los hechos y propició la detención hubiera sido imposible descubrirlo.

La postura del fiscal es muy clara y se sorprende de la frialdad con la que actuaron, asegurando que "impresiona la frialdad del asesinato, porque matar no es fácil".

El fiscal ha hecho estas manifestaciones durante la exposición de las calificaciones previas en el juicio del caso por el crimen de Isabel Carrasco, en el que solicita 23 años de cárcel para cada una de las tres acusadas.

Además, el fiscal ha insistido en que las tres acusadas "no están locas" y que la realidad es que sentían un "odio profundo" hacia Isabel Carrasco. Fernández ha manifestado que en esta vista se va a juzgar a las supuestas asesinas de Isabel Carrasco y ha reprochado a las defensas que intenten probar la "maldad" de la dirigente política del PP. 

Ha agregado que el hecho de que Carrasco perjudicara a la hija de la asesina confesa "no es justificación para matarla y menos de esa forma tan cobarde". Por su parte, la abogada de la acusación particular, Beatriz Llamas, que representa a la hija de la víctima, ha explicado que el crimen estuvo "perfectamente organizado y estructurado", con un plan en el que "la figura de cada una de las acusadas es esencial", aunque Montserrat González "fue la que tuvo más coraje y apretó el gatillo".