Los investigadores del 'caso Gürtel' acusan a Alberto López Viejo, exconsejero del gobierno madrileño, de llevarse el 10% de comisiones de todas las obras que el gobierno de Esperanza Aguirre daba a la trama de Francisco Correa.
Las comisiones no tenían limite de cantidad y de escrúpulo. Se llevó el 10% en tomas de posesión, como la de Aguirre en 2007, en puestas de primeras piedras o colocación de placas.
Pero su falta de escrúpulos tocó techo en actos como homenajes a las víctimas del 11M, de los que también cobró comisiones. Tanto, que no dejó pasar ni los diez euros que le generó la impresión de un catálogo para mudos.
En total, de los más de 5 millones de euros que facturaron en Madrid las empresas de Correa, López Viejo se llevó casi 300.000 euros.
Sus beneficios venían perfectamente detallados en un documento que aportó Isabel Jordán, contable y accionista de alguna de las empresas de Correa.
Cuando Jordán se negó a firmar las cuentas desquició a Correa, que le llenó el buzón de mensajes como estos: "Por favor ¡llámame!", "Yo estoy ya un poco agobiado", "¡Te lo pido por favor!"
Pero el papel de López Viejo era crucial en la trama. Algunas Consejería se negaban a pagar o daban largas a las empresas de la Gürtel. Ahí entraba en escena el exconsejero, que se encargaba de que el dinero acabara en las arcas de Correa.