Ya ha pasado un año pero Patricia aún recuerda cada detalle del día en que la Policía la detuvo en pleno centro de Madrid: "Me llevaron a comisaría. Yo les dije que tenía un hijo pero me decían que era mentira". Fue el primero de los 16 días que Patricia pasó encerrada en el Centro de Internamiento de Extranjeros separada de Josehp, su hijo de 10 años. En su cabeza solo cabía una pregunta: qué pasaría con el si el gobierno la deportaba a Nigeria. Al final fue puesta en libertad sencillamente porque no debía estar ahí.
“Hay ciertos colectivos que nunca deberían ser expuestos a medidas de internamiento y además muchos de ellos están protegidos por la propia Ley de Extranjería” afirman desde Amnistía Internacional. Es el caso de menores, víctimas de trata o violencia de género, personas refugiadas, enfermas o mujeres embarazadas que viven hoy encerradas en el CIE según denuncia la ONG Pueblos Unidos.
De momento esta solución tiene pocas expectativas de solucionarse. “El reglamento no entra a valorar la situación personal” denuncia Amnistía Internacional. Sin embargo, analizar caso por caso es la única manera de evitar que personas vulnerables como Patricia vuelvan a verse injustificadamente entre rejas.