El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha pedido perdón "con sinceridad y buen grado" a los refugiados si sus recientes declaraciones, en las que se preguntó si eran trigo limpio, les han causado "algún daño", pero se siente víctima de un linchamiento.

Así lo ha expresado el cardenal en un comunicado difundido "a propósito de las reacciones difundidas en diferentes medios de comunicación", en las que dirigentes políticos y ONG le acusan de xenófobo e insolidario por sus declaraciones del miércoles en un desayuno informativo organizado por el Fórum Europa-Tribuna Mediterránea.

En un momento del encuentro, Cañizares se preguntó si en "esta invasión de inmigrantes" y refugiados que a su juicio registra Europa "es todo trigo limpio", por lo que pidió prudencia a los gobiernos ante lo que considera "el caballo de Troya" en las sociedades europeas.

En el comunicado, Antonio Cañizares, que cumple un año al frente de la archidiócesis de Valencia, ha defendido que estas personas "saben" que "esa no es" su posición y que "siempre han tenido y tendrán" en él a "un hermano que los acoge y defiende, que comparte su tragedia".

"Ese no es mi pensamiento, jamás lo ha sido, el que me atribuyen estos días algunos medios de comunicación", ha insistido, y lo ha "desmentido rotunda y categóricamente por servicio a la verdad y justicia, y, sobre todo, por amor a los refugiados, perseguidos o inmigrantes, los más perjudicados y utilizados en esta polémica".

En opinión del cardenal, lo que se ha hecho "es un verdadero linchamiento" de su persona, y constituye "una manipulación" de su pensamiento, palabras y corazón: "Nada más lejos de mí que lo que se me achaca. Si hay una sensibilidad, desde que soy sacerdote, en mi vida, es mi inclinación a los pobres".