La charla de Pablo Iglesias y Albert Rivera fue en un bar en un barrio obrero de Barcelona que en las municipales votó por Colau y en las autonómicas por Ciudadanos. Después del cara a cara, la conversación en el establecimiento sigue siendo el debate. La clientela habitual tiene tertulias sobre lo que pasó. Cecilia Miguel, su propietaria, ha querido dar las gracias, en Al Rojo Vivo, a Jordi Évole y a todo el programa "por cómo se ha tratado el bar, por cómo se ha tratado el barrio y por todo". Él le ha respondido que debe ser al revés.