El régimen de Bashar al-Assad ha rechazado rotundamente el informe internacional y considera falsas las imágenes dantescas de las torturas masivas cometidas presuntamente por el ejército sirio. Asegura que entre las víctimas hay muchos terroristas extranjeros asesinados por los propios rebeldes. Damasco sostiene que el informe está politizado para evitar que haya un acuerdo de paz en el país.