El recluso, que se encuentra en la cárcel de Baltimore, ha dejado embarazadas con su consentimiento a cuatro vigilantes de prisiones con las que ha tenido cinco hijos. Dos de ellas, hasta se tatuaron su nombre.

Como máximo líder de una de las bandas más activas en contrabando, drogas y homicidios, ha logrado que su estancia en la cárcel sea de lo más placentera. El hecho ha destapado una trama de corrupción penitenciaria que tiene en alerta a la policía federal.

El señor White está en prisión preventiva desde 2009, a la espera de ser juzgado por intento de asesinato, y mientras se le condena, o no, parece que sus días en la cárcel no están siendo tan malos como se podía imaginar.