La primera boda homosexual que se celebra en Francia, tras la reciente aprobación de la ley que legaliza este tipo de enlaces, tendrá lugar en la ciudad de Montpellier.
Vincent Autin, de 40 años, y Bruno Boileau, de 30 años, se daran el sí quiero en el ayuntamiento de esta ciudad del sur de Francia, en presencia de cientos de invitados. Entre ellos estarán la ministra de los derechos de las mujeres y portavoz del Gobierno, Najat Vallaud- Belkacem, que acude "a titulo personal".
"Sólo he invitado a mi familia y amigos. No deseamos que nuestra boda sea un hecho mediático", ha explicao Vincent Autin.
Un importante despligue policial velará por la seguridad de la ceremonia, ya que tan solo tres dias antes tuvo lugar una multitudinaria manifestación de opositores al matrimonio gay, que congregó a 150.000 personas en las calles de Paris, y que terminó con enfrentamientos violentos entre las fuerzas del orden provocado y grupos de extrema derecha.
"Somos el decimocuarto país que reconoce el matrimonio homosexual", ha señalado la alcaldesa socialista de Montpellier, Hélène Mandroux, quien presidirá la ceremonia, sorprendida por que se haya armado "tanto revuelo".
"La presencia de tantos periodistas se puede deber a que estan sorprendidos por las reacciones de los opositores. Se han extrañado de que en el pais de los Derechos del Hombre pueda haber violencia. Espero que de esta boda solo destaquen que Francia avanza hacia un plan social", ha añadido.
Mandroux ha previsto hacer un discurso sobre la tolerancia, con "referencias a Voltaire", ya que "desde hace semanas, hemos sido testigos de un fenómeno de intolerancia".
El éxito de la multitudinaria manifestación en París demostró que el movimiento opositor, promovido por la Iglesia y por buena parte de la derecha, tiene la intención de alargarse en el tiempo para exigir la derogación de la ley, una forma de presionar a la derecha de cara a als futuras elecciones.
"No cesaremos en nuestro lucha, nunca, nunca, nunca", dijo en la manifestación una portavoz del movimiento opositor, Ludovine de La Rochère, quien fue hace algunos años responsable de la comunicación del episcopado francés.
Con la llegada del primer matrimonio gay, el Gobierno y los socialistas han tratado de calmar el ambiente. Najat Vallaud-Belkacem, que conoce a la pareja desde hace tiempo, asistirá a la boda "fuera de sus funciones oficiales", pero "con el acuerdo del primer ministro", ha declarado.
En cuanto a la ministra de la Familia, Dominique Bertinotti, cuya asistencia había sido anunciada por la alcaldesa de Montpellier, no acudirá finalmente a la ceremonia por motivos personales, según ha señalado.
"No queremos que se mediatice la ceremonia para beneficiar la reforma", ha declarado la diputada socialista Thierry Mandon. Esta sólo "pertenece de aquí en adelante a la sociedad, pertenece a las personas que decidiran casarse".
Ségolène Royal, que fue candidata socialista en las presidenciales de 2007, piensa que se tendría que haber acordado la igualdad de derechos de las parejas homosexuales, pero sin hablar de matrimonio. "De esta forma no habría habido confrontaciones como estas", ha añadido.