Daniel Shaver, un joven de 26 años y padre de dos niñas, se encontraba en la habitación de un hotel en Arizona junto a unos compañeros de trabajo cuando unos agentes de seguridad irrumpieron en la habitación.
Un agente ordenó a Daniel ponerse de rodillas y con las manos en alto. A pesar de las súplicas de éste, disparó cinco veces contra el joven, que se encontraba totalmente desarmado. "Por favor, no dispare" fueron sus últimas palabras.
Una cámara de seguridad grabó a uno de los agentes, que en ese momento llevaba el uniforme, según recoge el diario Daily Mail.
El agente ya ha sido suspendido y se encuentra imputado por asesinato. Se le acusa de "una extrema indiferencia a la vida, causando imprudentemente su muerte", según el Fiscal del Condado de Maricopa, en Arizona.
La muerte de Daniel Shaver reabre el debate y vuelve a poner en tela de juicio la seguridad en Estados Unidos. Internet ya ha tomado partido y numerosas plataformas exigen justicia para Daniel.