El piloto a los mandos del vuelo de Asiana Airlines accidentado en el aeropuerto de San Francisco vio un destello de luz, en plena maniobra de aterrizaje, que lo cegó momentáneamente. Ese halo de luz se produjo cuando el aparato se encontraba a unos 150 metros de tomar tierra, según la confesión del piloto.
"Realmente no sabemos de qué se pudo tratar", admitió la directora de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, Deborah Hersman, en una rueda de prensa en la que confirmó que tanto el piloto encargado del aterrizaje como el piloto instructor habían dormido ocho horas la noche anterior al accidente.
Hersman indicó que el piloto a los mandos de la nave tuvo el día libre antes de comenzar el vuelo. Una vez en el avión, ambos pilotos trabajaron durante cuatro horas y 15 minutos, momento en el que los otros dos pilotos a bordo asumieron los mandos. Los dos pilotos principales retomaron sus posiciones para la hora y media de vuelo final.
También detalló que los pasajeros del vuelo recibieron notificación de permanecer en sus asientos dentro del Boeing 777 accidentado, y que la evacuación comenzó cuando un auxiliar de vuelo comprobó que había fuego en el exterior de la nave. La investigación del accidente sigue en desarrollo y podría alargarse durante meses.