Entre felicitaciones, sonrisas y alguna lágrima de emoción, las primeras parejas homosexuales del estado de Nueva Jersey se  han casado oficiamente, justo después de la medianoche, en diversos puntos del estado. Siete parejas, alguna de ellas heterosexual, contrajeron matrimonio en el ayuntamiento de Newark, la mayor ciudad de Nueva Jersey, que se convirtió así en el número catorce de los estados del país en permitir este tipo de matrimonios, según ha informado la alcaldía.

La hispana Gabriela Celeiro, hija de padre español, fue una de las contrayentes de esta madrugada, junto a su pareja de hace varios años, Elizabeth Salerno, con quien ya había formalizado legalmente una unión de hecho desde 2011. Celeiro, de 34 años y residente en Newark igual que su esposa, de 38, explicó antes de la boda que estaban "muy contentas" por poder disfrutar de "los mismos derechos que las demás parejas".

El matrimonio homosexual fue autorizado por la Corte Suprema del estado el pasado 18 de octubre, que confirmó una decisión previa de una corte de rango inferior. La ley exige solicitar una licencia de matrimonio con al menos 72 horas antes de celebrar la boda, pero Celeiro y Salerno, igual que otras parejas, se beneficiaron de una excepción que autorizó una juez del Tribunal Superior de Essex, Patricia Costello.

El alcalde de Newark, Cory Booker, elegido la pasada semana al Senado de Washington, ofició en persona las ceremonias, y lo hizo por primera vez ya que desde que llegó al cargo no había querido oficiar bodas hasta que se permitieran los matrimonios homosexuales en el estado. Los ayuntamientos de otras ciudades del estado, como Elizabeth o Jersey City, abrieron también sus puertas esta noche para facilitar los primeros matrimonios.

La Corte Suprema ha permitido de forma provisional la celebración de matrimonios entre parejas homosexuales mientras se resuelve la apelación del gobernador, el republicano Chris Christie, aunque los jueces consideraron que, dadas las posibilidades casi nulas de que ese recurso prospere, las bodas podían comenzar a celebrarse. Christie vetó hace casi dos años una propuesta para legalizar estos matrimonios, que había sido aprobada por las dos cámaras legislativas del estado, solo que ni la Asamblea ni el Senado lograron una mayoría de los tercios para superar ese veto.

La postura del gobernador, que según las encuestas será reelegido con comodidad el próximo día 5 de noviembre, es que este asunto debería resolverse en una consulta popular.