En dos años de vida el pequeño Renzo ha sufrido 18 paradas cardiorrespiratorias, no conoce más vida que el estar conectado a una máquina y se ha quedado temporalmente sordo y ciego.
Aunque se le hizo un trasplante de corazón, que duró 17 horas y 72 más en estado crítico, el esfuerzo no ha servido para mucho, pues su cuerpo lo ha rechazado.
Su nuevo corazón no es capaz de bombear suficiente sangre y necesita uno nuevo.Antes de nacer, en el vientre materno, al pequeño argentino se le detectó un problema cardíaco y con 10 meses empezó su periplo por los hospitales, del cual desde entonces no ha salido.
Pero Renzo no se rinde y no está solo, todo Argentina está pendiente de su evolución.