Las confrontaciones con los agentes se intensificaron cuando la policía lanzó la última advertencia para que los manifestantes abandonaran los 100 metros de una calle del barrio de Mong Kok donde los agentes tratan de ejecutar una orden judicial de desalojo.
A continuación, la policía comenzó a arrestar a varios manifestantes y a empujar a la multitud hacia las intersecciones de la calle desde donde siguen desafiando las advertencias policiales. El desalojo comenzó a primera hora de la mañana y, en un primer momento, los manifestantes no opusieron resistencia física a la operación pero sí profirieron consignas de "queremos sufragio universal".
A medida que la policía y los funcionarios judiciales continuaban con el desalojo, la tensión entre los manifestantes y las autoridades fue creciendo. La retirada obedece a una orden judicial del Tribunal Superior de Hong Kong, que autorizó la asistencia de la policía para eliminar los obstáculos en una de las calles tomadas por los manifestantes en el populoso barrio.
Esa decisión judicial llegó tras una demanda interpuesta por dos agrupaciones de taxistas y una empresa de autobuses, que alegaron que sus negocios estaban sufriendo por la interrupción del tráfico en la zona. La operación de Mong Kok, considerada de alto riesgo, prevé desarrollarse a lo largo de toda la semana, con la eliminación de más barricadas instaladas en distintas calles del barrio.