Las autoridades extendieron este sábado las advertencias de fuertes tormentas e inundaciones en el centro de Estados Unidos desde Indiana a Oklahoma donde el viernes un tornado causó al menos nueve muertos, más de 70 heridos y cuantiosos daños materiales.

En todo el Medio Oeste de los Estados Unidos se contabilizaron en las últimas 24 horas al menos diecisiete tornados y ese número podría crecer a medida que se reciba más información, según Kurt Van Speybroeck, del Servicio Meteorológico Nacional.

Más de 210.000 hogares y negocios permanecían sin suministro eléctrico. Según las empresas locales de electricidad los cortes afectan a unos 89.000 suscriptores en Missouri, 86.000 en Oklahoma, 31.000 en Illinois, 3.000 en Arkansas, 1.000 en Kansas y 500 en Indiana. Las autoridades del Estado de Misuri declararon el estado de emergencia por las tormentas que han dejado a más de 100.000 abonados sin electricidad.

Las autoridades hallaron los cuerpos de una mujer y su bebé cerca de un coche que había sido golpeado por la tormenta en una de las carreteras cercanas a la ciudad. Otras dos personas fueron halladas muertas dentro de un coche en Union City y otra más en la localidad de El Reno, informó la cadena local KWTV.

El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos ha emitido una emergencia de tornado para el área metropolitana Oklahoma City, así como para la localidad de Moore, situada a las afueras y donde mayor impacto tuvo el tornado que tuvo lugar a mediados del mes de mayo.

Las autoridades han cerrado el aeropuerto local, que más tarde se ha quedado también sin luz, y han elevado una alerta de emergencia para la ciudad. La página web del aeropuerto ha explicado que los pasajeros habían sido trasladados a los túneles subterráneos y que se han cancelado tanto los vuelos de llegada como de salida.

La Patrulla de Carreteras también ha solicitado la evacuación de la Interestatal 35 y la Interestatal 40, donde ya se ha informado de varios motoristas heridos y algunos desaparecidos.

El tornado que azotó la zona hace unos días, que alcanzó la categoría más alta, EF-5, arrasó unos 27 kilómetros a las afueras de Oklahoma City, destruyendo edificios enteros, dos colegios y un hospital en apenas 50 minutos.
Las autoridades locales han estimado las pérdidas provocadas por el tornado entre 1.500 y 2.000 millones de dólares y calculan que hay unas 1.200 casas completamente destruidas.

Cuatro bomberos fallecieron el viernes y otros cinco resultaron heridos en un incendio ocurrido por causas aún por determinar en un hotel y un restaurante situado en el sur de la localidad estadounidense de Houston, según ha informado la oficina de la alcaldesa, Annise Parker. Tres explosiones provocaron que el techo se desplomara sobre los bomberos.