El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, ha anunciado que ya se han recuperado más de 100 cadáveres de los inmigrantes fallecidos al naufragar la embarcación en la que viajaban en aguas de la isla de Lampedusa, pero advirtió de que este número no es definitivo. Además manifestó que espera que la Unión Europea se dé cuenta de que acontecimientos como éste no son un "un drama solo italiano, sino europeo".

Las tareas de los equipos de rescate italianos continúan para recuperar decenas de cadáveres que se encuentran atrapados entre los restos de la embarcación hundida. Los equipos de buzos y embarcaciones de los servicios de socorro retomaron a primeras horas de la mañana las labores de búsqueda, en esta jornada en la que Italia ha decretado el luto nacional.

Los restos de la embarcación hundida, que salió de Libia y a bordo de la cual viajaban unas 500 personas, se encuentra a cerca de media milla de la costa de la isla y a unos 40 metros de profundidad. Por otro lado, parte de los cadáveres ya recuperados, que se agolpaban en los muelles de la pequeña isla del Mediterráneo, han sido trasladados a los hangares del edificio de la Aeronáutica Militar. Según los testimonios de algunos de los supervivientes, que ascienden a 150 y que aseguraron ser de nacionalidad eritrea y somalí, la embarcación en la que viajaban se incendió y acabó volcando después de que los propios indocumentados encendieran un pequeño fuego a bordo para poder ser localizados.

Los medios de comunicación italianos se hacen eco de las declaraciones de algunas de las personas que colaboraron en el rescate de los inmigrantes y explicaron las dificultades que tuvieron que superar para poder ayudarles. "Estaban cubiertos de gasóleo, se nos resbalaban de las manos. Cogí a una mujer y no conseguí retenerla. Se cayó al agua mientras yo le decía agárrate, agárrate. Me miraba y no decía nada. Se veía que no podía más", explicaron al diario "Corriere della Sera" Raffaele y Domenico Colapinto, quienes a bordo de su pesquero Angela C prestaron ayuda a algunos de los indocumentados.

La tragedia, en la que murieron seis mujeres, dos de ellas embarazadas y al menos cuatro niños, es la tercera que se registra en pocas semanas y ha vuelto a poner en primer plano los problemas de la inmigración ilegal. En esta línea se anunciaron asimismo denuncias por omisión de socorro, ante los testimonios que indican que tres pesqueros no prestaron ayuda a la embarcación cuando se encontraba en alta mar.

En Italia el suceso ha despertado una fuerte conmoción e instituciones y políticos se mostraron consternados por lo sucedido, expresando de forma unánime sus condolencias, a la vez que pidieron que se ponga freno al continuo drama humano que se vive en las costas del sur de Italia.