Las autoridades mexicanas investigan el entorno familiar de la niña de 9 años que dio a luz en enero, para establecer responsabilidades. "Ya se tomaron muestras de ADN del recién nacido" para determinar la paternidad al cotejarlas con la información genética de los familiares cercanos, ha afirmado el secretario de Salud de Jalisco, José Antonio Muñoz, el cual está convencido que en estos casos "hay que sospechar de los que están cerca de la menor".
El funcionario ha manifestado su preocupación por las "irregularidades" detectadas en el caso, entre ellas el hecho de que sus padres no hayan presentado una denuncia ante el Ministerio Público. El informe de psicología revela que la pequeña se lo contó a sus padres cuando tenía "tres meses de gravidez y lo preocupante es que no hubo ninguna denuncia", apuntó Muñoz.
Además, explicó que la menor, que quedó embarazada cuando tenía 8 años, presuntamente por un joven de 17 años, empezó su ciclo menstrual a los 7 años, de acuerdo con la información brindada por sus "padres, la inspección clínica" y la propia niña.
La fiscalia estatal ya abrió una investigación "para determinar responsabilidades, calificar el delito y tomar acciones" que permitan a instituciones de asistencia social "proteger a esta menor", que ya regresó a su casa "a un entorno violento".
Se trata de una familia de escasos recursos, desintegrada, "que no tiene un entorno favorable" para el crecimiento y desarrollo de la menor, insistió Muñoz, quien dijo que están realizando visitas periódicas a la menor.
Pero "el papel fundamental lo va a desempeñar la procuraduría del estado", que es probable que siga varias líneas de investigación, entre ellas la de un menor de 17 años como propable responsable del embarazo, pero también la "supervisión de los padres", aseveró.