Las familias de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yak-42 en Turquía han heredado las cinco hectáreas de terrenos donde se produjo el siniestro, en la localidad Trabzon.

La propietaria de las cinco hectáreas, Fatma Karahan, que murió a los 82 años el pasado enero, ha dejado en herencia esa tierra a las familias de las víctimas. Fatma heredó en usufructo la finca "Hasretlik kuzular" de su marido Abdülkadir Karahan, de 86 años, según informan los familiares de los militares fallecidos.

Sin embargo, ella decidió, y así lo hizo constar en su testamento, que esa tierra fuese donada, tras su muerte, a las familias de los soldados españoles.

Antes de morir, según señalan los familiares de las víctimas españolas, Fatma "lloró en ese suelo" con ellos y decía que "el avión que transportaba a los ángeles cayó en mi corazón".

"No voy a vender algo de mi propiedad cuando, desde hace más de 10 años, no puedo olvidar que su sangre corre por estas tierras. Esa fue su tumba. Mi único deseo es que cualquiera pueda volver a esta tierra gracias a sus familias", dijo antes de morir.

Los ancianos vivían a cinco kilómetros del lugar del accidente, pero a pesar de ello iban con asiduidad a depositar flores al sitio, que se encuenta a más de 2.100 metros de altura.