La ruta que recorrerán los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos, comprende el norte, otra el sur y otra el estado de Guerrero, donde el pasado 26 de septiembre desaparecieron los jóvenes en el municipio de Iguala, después de que policías locales los entregaran al crimen organizado.
Y todas convergerán en la capital mexicana el próximo 20 de noviembre, fecha en que se conmemora la Revolución mexicana, para realizar un magno acto de condena por este caso que tiene en vilo a medio México.
Concienciar al otro medio es el objetivo de esta caravana que arrancó esta madrugada con un contingente de tres autobuses hacia Guerrero, para visitar ciudades como Zihuatanejo y Acapulco. Otro grupo de tres autobuses salió más tarde hacia el norteño estado de Chihuahua y recorrerá Durango, Zacatecas, Jalisco y Michoacán, mientras que otros tres se dirigirán al sureño estado de Oaxaca, así como a Morelos y Tlaxcala.
En estas caravanas solo participan parte de los padres, ya que otros se han quedado en Tixtla porque, entre otros asuntos, está previsto que mañana los familiares se reúnan con el fiscal Jesús Murillo, quien les informará sobre los últimos detalles de la investigación.
El viernes pasado, Murillo anunció a los familiares que tres miembros del cártel Guerreros Unidos confesaron que habían asesinado y quemado a más de 40 personas que dijeron ser estudiantes. Sin embargo, los familiares aseguran que, mientras "no haya pruebas" contundentes y fiables, seguirán exigiendo la búsqueda de sus hijos "vivos" y protagonizando actos de protesta como esta caravana informativa.
Por otro lado, México ya ha empezado a reconocer que este caso no solo le traerá consecuencias negativas a nivel de opinión pública, sino también a nivel internacional y económico. El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, admitió que "sería una ingenuidad decir que no va a tener un efecto en la economía".
La situación, dijo, puede llevar a que compañías tomen decisiones sobre inversión y contratación de empleos en el país. "Naturalmente estos hechos han dado la vuelta al mundo y, sin duda, han marcado la opinión que se tiene de México", comentó.
El secretario reconoció que el país vive "uno de los momentos más dramáticos en la historia reciente", y dijo que, independientemente de lo que ocurra en la economía, lo más importante es la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa.
Luego de una jornada en la que un grupo de maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) incendiaron las instalaciones del Congreso local y las de la Contraloría de la Secretaría de Educación de la ciudad, ambas ubicadas en Chilpancingo, hoy no se produjeron incidentes violentos.
Incluso en el Congreso de Guerrero se realizó una sesión legislativa en un salón contiguo al pleno incendiado, en la que legisladores tomaron la palabra para decir que la violencia no debe ser el factor a través del cual los ciudadanos intenten dirimir sus diferencias con el Gobierno.
Sin embargo, la tensión sí estuvo presente en el occidental estado de Michoacán, donde unos 5.000 maestros tomaron 94 alcaldías, de un total de 113 en esa entidad. Desde la mañana varios contingentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tomaron los ayuntamientos, donde colocaron fotografías de 43 jóvenes desaparecidos en Iguala.
La toma se prolongó ocho horas, lo que obligó a la suspensión de actividades de las 94 alcaldías. Por la tarde, casi medio millar de maestros de la CNTE salieron en una marcha organizada por alumnos de ocho escuelas normales que acabará en las instalaciones de la fiscalía mexicana en este estado.