"No existe un camino hacia la legalización a menos de que salgan del país y luego regresen", dijo el magnate neoyorquino en una entrevista con la CNN.

Trump, que hasta ahora había prometido deportar a los once millones de indocumentados que se estima viven en EE.UU., ha emprendido un viraje hacia la moderación con un nuevo plan migratorio del que ha ofrecido algunas pistas, a veces contradictorias, durante los últimos días.

A principios de esta semana, Trump se mostró abierto a "suavizar" ciertas leyes migratorias para permitir que se queden en el país algunos indocumentados que son "grandes personas" y a los que diferenció de los "inmigrantes malos" a los que propone deportar durante la primera hora de su mandato.

Con los que no deporte, Trump prometió "seguir el proceso legal" para estos casos y que el Gobierno podrá "trabajar con ellos" en eso, pero no dio más detalles al respecto hasta hoy, que advirtió que también deberán salir del país.

El magnate confesó que está siendo "muy difícil" para él que "miles y miles" de sus seguidores le digan que "detener a alguien que ha estado aquí por 15 o 20 años y deportarlo con su familia es algo demasiado duro". "Me pasa todo el tiempo", añadió.