Las historias dramáticas se van conociendo. La madre de Krystel Campbell, víctima de la tragedia, aún no da crédito a lo sucedido, rota por el dolor, no puede contener las lágrimas.

Krystel trabajaba como encargada  en un restaurante y el 3 de mayo habría cumplido 30 años. Pero las explosiones la sorprendieron muy cerca de la línea de meta. Había ido con una amiga a animar a su novio, que corría por primera vez el maratón. Las dos volaron por los aires y Krystel murió casi en el acto.

La segunda víctima mortal fue una joven de origen chino, estudiante de 23 años, que hacía un doctorado en la Universidad de Boston.

La tercera muerte es la del pequeño Martin, un niño de 8 años, que ha conmocionado a medio mundo.

Muy cerca de él podrían encontrarse dos hermanos que iban a ver a un amigo que participaba en la carrera y la explosión les alcanzó, causándoles la amputación de una pierna.

La imagen de una chica, tendida en el suelo, manchada de sangre y con un torniquete improvisado en la pierna, se ha convertido en un símbolo de la tragedia. La joven logró sobrevivir y ahora busca al hombre que la ayudó.