Los estudiantes regresaron a las aulas con normalidad después de que los centros del distrito escolar de Los Ángeles, la mayor red de escuelas públicas de California con más de 700.000 estudiantes, permanecieran cerrados el martes por una amenaza que incluía el uso de explosivos y armas de fuego.

Michelle King, ayudante principal del superintendente del distrito, quiso "asegurar a estudiantes, padres, tutores, profesores y otros empleados" que las escuelas "son seguras", según indicó hoy en un comunicado.

El presidente de la junta escolar, Steve Zimmer, aseguró que, tras inspeccionar 1.531 centros educativos de Los Ángeles, la amenaza había dejado de resultar "creíble".

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, comunicó que, tras la investigación realizada por la FBI, la ciudad estaba "segura". En un comunicado, el superintendente del distrito escolar, Ramón Cortines, reconoció que había sido "un día difícil" por el primer cierre de escuelas de esa institución "en décadas".