Es la primera vez en 17 años que las grandes potencias dejan a Rusia de la foto. Todo un gesto del G7, reunido en Bruselas, que amenaza con nuevas sanciones a Moscú aunque le ofrece diálogo para cerrar la crisis de Ucrania. El presidente Putin ha recogido ese guante, pero antes quiere que el nuevo gobierno ucraniano detenga su operación militar en el este y hable con los rebeldes.