Casi todas las estaciones catalanas preparan la Semana Santa como su último gran fin de semana antes de echar el cierre. La ocupación hotelera en el pirineo catalán rondará entre el 50 y el 70%. Sin embargo, algunas estaciones, como la Masella, continuarán abiertas mientras el tiempo y la nieve lo permitan.
En España, los aficionados aún disfrutan del 65% de la superficie esquiable. Según los operadores, aunque la crisis ha afectado en el consumo en las estaciones, el número de esquiadores se ha mantenido estable este año.
“Hace poco empecé a trabajar así que los años que he estado en paro he tenido que cortar de raíz el esquí”, señala uno de los aficionados que disfrutan estos días de las pistas. El esquí es un deporte con fama de caro, ya que supone viajar, pagar por practicarlo y, en ocasiones, pernoctar.
Maite Martí, directora comercial de La Masella, afirma que “el forfait y el seguro son cosas indispensables”. “En donde, a lo mejor, hemos notado la crisis ha sido en el consumo en bares y restaurantes, añade. Martí destaca que “La Masella es una estación que tiene mucha altura y la calidad de la nieve se mantiene muchísimo bien entrada la primavera”. La tardía Semana Santa de este año es la última oportunidad de las estaciones.