El juez Gómez Bermúdez abre una nueva pieza de investigación para esclarecer el saqueo de la CAM a través de operaciones con millonarias comisiones en el Caribe, Tenerife o México. El primer detenido es Roberto López Abad, exdirector general de la caja. López Abad y sus sucesores presumían de la Caja de Ahorros del Mediterráneo como un gigante económico sin igual.

Ni fuerte, ni solvente, ni bien posicionada, la CAM se hundía y Roberto López Abad huyó asegurándose un retiro dorado. Ahora el juez que bloqueó su jubilación, y le imputó por sus manejos al frente de la entidad, ha ordenado su detención. Gómez Bermúdez también ha reclamado al exdirector de empresas Daniel Gil y a otros tres exdirectivos cuya identidad es un misterio.

Es el último episodio de un desplome anunciado. La inyección fue de más de 2.800 millones de euros; pero antes del rescate, sus directivos siguieron operando sin control. Preferentes, negocios oscuros con fuertes comisiones o pensiones millonarias, han sentado ante el juez a Roberto López Abad, Modesto Crespo o María Dolores Amorós.