Vuelven a trabajar pero lo harán a un ritmo mucho menor mientras continúa el encierro. "No vamos a dejar el encierro hasta que no se solucione nuestra situación". explica Yolanda.

La ropa sin lavar se acumula en la lavanderia central. El encierro es su forma de decir no a cambios de centro y a una rebaja salarial de hasta un 46%.

Son las condiciones de FLISA, que se queda con el servicio tras la privatización, para mantener a los trabajadores con los que se ha reunido esta mañana. "Nos van a pagar la mitad y pretenden más productividad", explica Yolanda Rodríguez, representante de CCOO en la lanvandería central.

Ante su parón, la empresa ya ha empezado a recoger la ropa sucia de los 19 hospitales afectados.

Según FLISA, no les baja el contrato, sólo les aplica el convenio colectivo que ya existe. Pero ellos lo tienen claro. Se plantan dicen, ante las peores condiciones de trabajo por otra privatización.