Guadalupe Esmeralda Almeida, empleada del hogar de Jenaro García, fue también una de sus testaferros. Guadalupe ha declarado ante el juez Pedraz y ha reconocido que cobró 300 euros por poner a su nombre empresas ficticias. El juez también ha interrogado a otros dos testaferros. Todos han quedado en libertad y sin medidas cautelares.