El cliente alquila el espacio por menos de 20 euros la hora y es él mismo quien se encarga de reparar el vehículo, porque en estos lugares no hay mecánicos. Lo normal es que no sea el cliente el que arregla el coche, ya que no suele tener conocimientos de mecánica. De ello se encarga un mecánico que el propio taller pone en contacto con el cliente, el cual cobrará la mano de obra en B.

Con esta forma de trabajar hay dos problemas, no se declara el dinero de la mano de obra y que estos talleres se esconden de cualquier responsabilidad si el coche no ha sido bien reparado.

Desde el colectivo de profesionales de automoción  creen que esta práctica deja la puerta abierta a las trampas. Al realizarse trabajos sin factura e IVA se está acudiendo a la economía sumergida.

Uno de estos casos es el de Oscar, que le ha reparado el coche a su primo ahorrándole más de 800€. “Yo a mi primo no le cobro, otra cosa es que me quiera invitar a una cerveza". También añada que "entiendo que tal y como está el país la gente lo haga".

Por lo que se está entrando en un limbo legal en el que parece que conviven la competencia desleal y la economía sumergida frente al respiro del bolsillo del que cambia el taller de siempre por este nuevo concepto boxes alquilables.